Annihilation "Algo terrible llegó a las colinas y valles con aquel meteoro"


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«Es una lástima que la mayor parte de la humanidad tenga una visión mental tan limitada a la hora de sopesar con calma y con inteligencia aquellos fenómenos aislados, vistos y sentidos solo por unas pocas personas psíquicamente sensibles, que acontecen más allá de la experiencia común».


La tumba (Howard Phillips Lovecraft)

Ahora que Guillermo del Toro se ganó la simpatía del respetable publico; salió a colación su eterna lucha por completar el tan ansiado proyecto de adaptar al cine la novela corta En las montañas en de la locura, del estadunidense Howard Phillips Lovecraft, creador de dos vertientes de la literatura fantástica: el horror cósmico y los popularmente llamados Mitos de Cthulhu. 

Se piensa que sus relatos son difíciles de adaptar debido a la cantidad de efectos especiales que requerirían para poder representar a sus indescriptibles monstruosidades, olvidando que el punto fuerte del escritor es provocar miedo a partir de hacer darnos cuenta de nuestra insignificancia en el cosmos. 

Es justamente el horror cósmico el que no requeriría tanta faramalla para poder entregar películas de calidad y aunque la película que nos atañe sí contiene grandes cantidades de gráficos por computadora, es la excelencia de su guión la que la hace sobresalir por encima de productos similares.

Basada de manera libre en la saga de libros escritos por Jeff Vandermeer, Annihilation es un producto original pertenece a una rama de la literatura fantástica denominada Weird (extraña), donde la ciencia ficción, el terror y la fantasía se mezclan con el realismo mágico y el absurdo para presentar propuestas novedosas donde sea necesaria la concentración del lector para poder seguir el hilo. 

Quizás fue por esto que al estudio le pareció demasiado intelectual la adaptación a cargo de Alex Garland, relegando el estreno de la película fuera de Estados Unidos a la plataforma Netflix, so pena de no recuperar la inversión en las taquillas cinematográficas. 

Debemos recordar que fueron los mismos estudios los que vendieron una película tan lineal como Inception (Christopher Nolan, 2010) como un quebradero de cabeza, fantasía para aquellos no acostumbrados a los intrincado del género fantástico. 

Con Annihilation sucede algo parecido: el hecho de que esté narrada intercalando retrospecciones con la línea temporal principal la hace parecer complicada, pero en realidad no es así. 

Al contrario, la facilidad con la que parece estar narrada es una de sus mayores virtudes, amén de un ritmo milimétricamente calculado, donde la actuación de la siempre insípida Natalie Portman encaja de manera perfecta con el personaje. 

 Annihilation es un gran aporte el género del horror cósmico, cimentada en una base ciencificcionera que poco a poco se va abandonando en pos de una locura como las descritas por Lovecraft, donde el miedo no proviene de los monstruos (que la película los tiene) sino de lo que su presencia significa para el gran esquema de las cosas. 

Recuerda mucho al cuento El color que cayó del cielo del escritor mencionado, pero ahí donde el oriundo de Providence plasmó el horror del desconocimiento, Alex Garland lo utiliza como base para plantear una alegoría sobre la contaminación y nuestro mundo, en donde los desechos químicos pueden crear mutaciones en flora y fauna que, vistas bajo una objetiva y cínica lupa, podrían considerarse interesantes y hasta hermosas. 


El pretexto de una presencia extraterrestre es un mero artilugio para hablar de cuestiones como la alteración de los ecosistemas y la selección natural, que al final llevan a una escena que presagia una distopía. Garland ya nos había sorprendido con Ex Machina, obra cyberpunk perfectamente dotada de un alma que encumbró al director. 

En esta ocasión el director rompe sus propios límites para combinar la ciencia ficción con el terror, obteniendo una película que puede confundir a más de uno si no se está acostumbrado a los cambios de tono y género dentro de una misma película. 

Lo que director pretende es elaborar un discurso sobre la vastedad del universo y la poca influencia que podemos tener sobre él, donde el miedo proviene de ignorar lo que hay ahí afuera (o ignorar las consecuencias de alterar el ambiente con nuestros residuos).

Aunque la película incluye monstruos, es en realidad descubrir nuestra insignificancia lo que nos deja marcados después de visionar la película, dejando un amargo sabor de boca que evidentemente no tendría éxito en las salas comerciales. 


Alex Garland realiza la primera obra maestra de horror cósmico en lo que va del siglo, una obra que enorgullecería al propio Lovecraft, pues las ideas fundamentales del creador de Yog Sototh y el Necronomicón son respetadas sin caer en el recurso fácil de las criaturas tentaculadas y el aventurero mágico. 

Lo que tenemos en Annihilation es la postura de la ciencia frente a lo desconocido, donde el resultado no siempre puede ser controlado. 

Y es en ese descontrol donde radica la fuerza de la película, que lo mismo tiene escenas exquisitamente repulsivas que malsanamente horrorosas, mostrando que el director es ya un maestro de la narrativa cinematográfica fantástica y que eso que llamamos naturaleza humana no es más que una idea benigna de nuestra propia ignorancia.

«A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos».


La Llamada de Cthulhu (Howard Phillips Lovecraft)

 Trailer de Annihilation:

 

FRANKY CYBORG

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